Investigadores del área de Enfermedades Hepáticas del CIBER coordinados por el grupo de Luis Bujanda han colaborado en un estudio de una gran cohorte internacional de niños con síndrome de Alagille, para el avance de esta enfermedad rara genética que afecta al hígado y otras partes del cuerpo.
Las enfermedades raras se definen a aquellas que ocurren con una prevalencia inferior a 5 casos por cada 10.000 personas. La mayoría de los casos aparecen en la edad pediátrica, dada la alta frecuencia de enfermedades de origen genético y de anomalías congénitas. La industria farmacéutica no esta interesada en este tipo de enfermedades ya que la investigación es muy cara y la población diana a la que puede llegar sus productos es baja, por lo que el negocio no es rentable. Por este motivo, los investigadores tienden a suplir este déficit mediante colaboraciones y captando dinero público para avanzar en mejorar la expectativa de vida y la calidad de vida de los que las padecen.
Una de estas enfermedades es el Síndrome de Alagille, una enfermedad hereditaria caracterizada por alteración de las vías biliares asociada a otras malformaciones como alteraciones cardiológicas, oftalmológicas, renales y vertebrales. En 1993 se creo un grupo en Estados Unidos para el estudio de esta enfermedad, Alianza Alagille Global cuya misión es movilizar recursos, facilitar conexiones internaciones para el estudio de la enfermedad y promover tratamientos que mejoren la vida de las personas afectadas por el Síndrome de Alagille.
En estos últimos años se han unido 67 centros distribuido en 29 países de Norte de América, Europa y Asia con el objetivo de conocer mejor la historia natural de esta enfermedad y poder establecer prioridades en su diagnóstico y tratamiento. En España, el Instituto Biodonostia de San Sebastián (Dr. Bujanda y Dr. Bañales), el Hospital de Cruces de Baracaldo (Dra Tamara), el Hospital Universitario Vall d’Hebron en Barcelona y el Hospital San Joan de Deu en Espluges de Llobregat (Dr. Molera-Busoms) han tratado de sumar fuerzas a este maravilloso proyecto. Tras años de trabajo han conseguido recopilar toda la información posible de 1.433 niños con este síndrome entre los 10 y 18 años (media de 6 años).
El picor (prurito) es la primera manifestación que se produce por cúmulo de bilirrubina. La mitad de los niños acaban necesitando un trasplante hepático en la edad adulta que esta muy relacionado con los niveles de bilirrubina. Un 60% de los niños con bilirrubina alta en los primeros años precisa de un trasplante hepático. La evolución tras el trasplante hepático es muy buena estando el 88% de los niños vivos tras 20 años del trasplante. Un 10% de los niños que no se han trasplantado acaba falleciendo al cabo de los años. Los niños sin aumento de bilirubina en los primeros años tienen un mejor pronostico a lo largo de los años. El desarrollo de fármacos y de ensayos clínicos que mejoren la colestasis en los primeros años de vida es clave para cambiar el pronóstico de estos enfermos. La determinación de los niveles de bilirrubina en los primeros meses del recién nacido es clave para detectar esta enfermedad. Sólo un 17% de los niños disponían de la determinación de bilirrubina en el primer año de vida por lo que en la mayoría de los casos el diagnóstico es tardío.
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