Un estudio colaborativo -coordinado por el grupo del CIBERSAM liderado por Juan Carlos Leza del Dpto. de Farmacología de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) con otros 5 grupos clínicos del CIBERSAM y expertos en microbiota de la UCM- identifica las diferencias específicas en la composición de la microbiota intestinal y su relación con parámetros sistémicos de respuesta inmune en pacientes con depresión comparados con pacientes sanos.
Entre los resultados más interesantes del estudio publicado en Translational Psychiatry, destaca que "existen géneros bacterianos cuya abundancia relativa está alterada en pacientes con depresión: Bilophila y Alistipes aumentan, mientras que Anaerostipes y Dialister disminuyen, al comparar la microbiota en heces de pacientes con depresión con individuos sanos" según señala Javier R. Caso, primer autor del estudio.
"En la depresión - tal como recuerda el Prof. Leza- coexisten fenómenos de inflamación sistémica de bajo grado y neuroinflamación en el cerebro. El estudio de las rutas intra- e intercelulares que regulan la respuesta inmune ha llevado a la identificación de vías de inmunidad innata responsables del reconocimiento de señales endógenas que pudieran ser responsables de iniciar y mantener esta inflamación. La alteración del denominado eje cerebro-intestino en patologías psiquiátricas mayores y en especial en depresión puso de manifiesto que la microbiota intestinal podría jugar un papel en esta inflamación. De hecho, en los últimos años se han puesto de manifiesto diferencias en la microbiota intestinal en pacientes con depresión en comparación con controles sanos. En general, se ha podido identificar menor riqueza y diversidad de las especies bacterianas en pacientes".
Los autores han realizado un importante esfuerzo colaborativo durante 4 años en el que han recogido la historia clínica de pacientes con diversos grados de depresión: pacientes con enfermedad activa, pacientes en remisión y pacientes con síntomas mínimos, así como un grupo de controles sanos. Además de la composición de la microbiota intestinal y de moléculas microbianas que puedan “señalizar”, se han evaluado elementos de respuesta inmune sistémica: receptores de inmunidad innata, factores de transcripción, enzimas inflamatorias/oxidativas inducibles y otros.
Los pacientes con un trastorno depresivo mayor activo presentaron una mayor abundancia relativa de Alistipes y Anaerostipes, y una ausencia completa de Dialister, comparado con sujetos sanos, mientras que pacientes con un trastorno depresivo mayor en remisión o con sintomatología leve presentan una mayor abundancia de Bilophila comparados con individuos sanos. Así pues, la abundancia de algunos géneros bacterianos y los cambios en algunas vías del sistema inmunitario posiblemente inducidos por la traslocación bacteriana, ambos con implicaciones potenciales en la fisiopatología del trastorno depresivo mayor, parecen estar alteradas en los pacientes, con los cambios más marcados produciéndose en los pacientes con trastorno depresivo mayor activo.
La identificación de marcadores de composición de la microbiota característicos de pacientes con depresión, así como sus vínculos con la inflamación presente en esos pacientes podría representar una aproximación terapéutica prometedora, considerando especialmente que las manipulaciones en la dieta y en el estilo de vida, pueden tener un impacto en la microbiota intestinal, lo que podría teóricamente facilitar intervenciones terapéuticas combinadas con fármacos antidepresivos en algunos pacientes con depresión.
Referencia del artículo
Gut microbiota, innate immune pathways, and inflammatory control mechanisms in patients with major depressive disorder. Caso JR et al. Transl Psychiatry. 2021 Dec 21;11(1):645. doi: 10.1038/s41398-021-01755-3.