Un estudio, liderado por Chaysavanh Manichanh, responsable de la línea de investigación de Microbiota Intestinal del grupo de Fisiología y Fisiopatología Digestiva del Vall d’Hebron Institut de Recerca (VHIR) e investigadora del CIBEREHD del grupo liderado por Fernando Azpiroz, ha identificado 8 biomarcadores que podrían mejorar el diagnóstico de la enfermedad de Crohn y el diseño del tratamiento para esta patología y para la colitis ulcerosa
El estudio, que acaba de ser publicado en Gut, ha analizado la microbiota –el conjunto de microorganismos del intestino- de pacientes y personas sanas a partir de muestras de heces. En concreto, han analizado un total de 415 muestras de heces de 178 participantes para identificar los 8 biomarcadores que podrían descartar el diagnóstico de la enfermedad de Crohn y, por tanto, evitar pruebas invasivas como la colonoscopia y la endoscopia.
Los 8 biomarcadores se corresponden con los siguientes ocho grupos de microorganismos: Faecalibacterium, Peptostreptococcaceae, Anaerostipes, Methanobrevibacter, Christensenellaceae, Collinsella, Fusobacterium y Escherichia, siendo los dos últimos los más detectados en los pacientes de Crohn. Además, se trata del primer estudio en que se han recogido muestras de pacientes a lo largo de un año. Un diseño que ha permitido a los investigadores detectar los biomarcadores en el 80% de las muestras, pese a los cambios en la microbiota característicos de esta patología.
El estudio ha manejado un gran número de muestras, 2.045, para realizar un análisis de cohortes, es decir, comparar una muestra de población afectada por la patología con una muestra de personas sanas. Para ello, se ha trabajado con una cohorte con muestras de pacientes del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Universitari Vall d’Hebron con enfermedad inflamatoria intestinal –cuyas formas principales son la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa- que ha permitido identificar los biomarcadores de la enfermedad de Crohn y otras cohortes para validar los resultados. Esta validación se ha realizado con muestras de pacientes con enfermedad de Crohn de Bélgica, de pacientes con síndrome de intestino irritable de Vall d’Hebron, de personas sanas de Reino Unido y de pacientes con anorexia de Alemania.
De este modo, una parte de las muestras analizadas y secuenciadas de pacientes con enfermedad de Crohn se ha comparado con los resultados de otro estudio ya publicado de personas sanas de Reino Unido. Los biomarcadores que proponen los autores del estudio no se deberían detectar en las secuencias de personas sanas. En este caso, los resultados han sido de sólo un 7% de falso positivo, es decir, un resultado que confirma la existencia de patología cuando no la hay. Además, la Dra. Manichanh, aclara que es posible que el porcentaje fuera inferior ya que se desconoce si alguna de las muestras correspondía a un paciente no diagnosticado. Por otro lado, los resultados para las muestras de colon irritable y anorexia fueron parecidos, con un 5% de falso positivo en ambos casos. La investigadora principal del estudio explica que “se trata de un porcentaje indicativo de la precisión de utilizar estos biomarcadores para diagnosticar la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. Hemos diseñado un algoritmo que cualquier laboratorio podría utilizar para diagnosticar la enfermedad de Crohn”.
Los investigadores destacan que los resultados del estudio confirman que la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa son enfermedades clínicamente parecidas, pero con una microbiota muy distinta. En este sentido, han observado que los pacientes con enfermedad de Crohn tienen una microbiota más inestable que los pacientes con colitis ulcerosa. La Dra. Manichanh destaca que “es algo que hay que tener en cuenta a la hora de diseñar el tratamiento de los pacientes”.
Tras la publicación de esta investigación, el interés de los autores es disponer de muestras de pacientes de Crohn y colitis ulcerosa de todo el mundo para validar el método y poder utilizarlo como prueba diagnóstica en cualquier laboratorio.