Un estudio realizado por investigadores del servicio de microbiología clínica del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, perteneciente al área del CIBER de Enfermedades Respiratorias, observa que en una cohorte de pacientes infectados por SARS-CoV-2, que mantienen una sintomatología inespecífica varias semanas después (entidad denominada actualmente como LongCOVID), una proporción relevante de pacientes presentan determinaciones positivas de RNA de SARS-CoV-2 en muestras extrarrespiratorias varias semanas después.
Este trabajo ha sido publicado en la revista BMC Infectious Diseases, y es el primer trabajo en el que se documenta la persistencia de RNA de SARS-CoV-2 en muestras de plasma, orina y heces varias semanas después del diagnóstico de COVID-19.
Desde el inicio de la pandemia por SARS-CoV-2 múltiples grupos de trabajo han descrito que existen una serie de pacientes que tras presentar un cuadro de COVID-19, independientemente de la gravedad del mismo, mantienen una sintomatología muy inespecífica consistente fundamentalmente en: astenia severa, disnea, artromialgias generalizadas, taquicardia sinusal inapropiada, disfunción cognitiva y cefalea. Estas alteraciones se mantienen más allá de 4 semanas después del diagnóstico y provocan en muchos pacientes una disfuncionalidad importante, impidiendo la reincorporación laboral y en ocasiones la realización de actividad básicas de la vida diaria. Esta nueva entidad clínica ha sido denominada LongCOVID, síndrome Post-COVID-19/Post-acute-COVID-syndrome (PACS) y ya sido reconocida por la OMS como una entidad clinica independiente, aunque todavía no existen unos criterios clínicos claramente definidos. Se acepta actualmente su diagnóstico en aquellos pacientes que mantengan una sintomatología como la anteriormente descrita durante más de 12 semanas después del diagnóstico de infección por SARS-CoV-2 siempre que no exista una etiología alternativa que justifique el cuadro.
En el momento actual no se ha descrito cual es el mecanismo fisiopatogénico por el cual se produce esta entidad, siendo varias las hipótesis: respuesta inflamatoria mantenida, disfunción inmunológica, desarrollo de auto anticuerpos, daño tisular establecido y una posible persistencia viral en reservorios.
Los investigadores del Gregorio Marañón han evaluado una cohorte de 29 pacientes inmunocompentes que cumplen criterios de LongCOVID y han explorado la posibilidad de una persistencia viral de SARS-CoV-2 a nivel sistémico. Para ello han realizado RT-PCR de SARS-CoV-2 en muestras que pueden ser representativas de una afección sistémica como son el plasma, la orina y las heces.
Un 45% de estos pacientes presentaban determinaciones positivas de RNA de SARS-CoV-2 en plasma más de 4 semanas después del diagnóstico y algo más del 50% de los pacientes presentaban RT-PCR positiva en al menos una muestra extrarrespiratoria, aunque los investigadores no pudieron realizar secuenciación genómica completa de las muestras debido a la baja carga viral de las mismas y tampoco pudieron realizar cultivo viral lo que habría permitido demostrar la viabilidad o no de las mismas.
A pesar de estas limitaciones los datos observados en este estudio sugieren que el virus del SARS-CoV-2 podría persistir a nivel sistémico y en reservorios como tubo digestivo durante varias semanas y ser responsable de la sintomatología de estos pacientes. En caso de que esta hipótesis fuera cierta abriría la posibilidad de evaluar tratamientos antivirales en estos pacientes, y dado que SARS-CoV-2 en un RNA virus y sin capacidad de integración genómica estas estrategias de tratamiento antiviral podrían teóricamente erradicar esta persistencia viral de forma similar a los éxitos obtenidos con tratamiento antiviral en la infección crónica por VHC.
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